martes, 9 de octubre de 2018

Capítulo 2 Libro Mi Pequeña... La Domadora de Delfín




¡Y llegó!...

La hora del Adiós




            Han pasado los días, ya diez días, desde la última vez que me llamó. Después de esa llamada, me quedo claro que todo se acabó. Aunque yo, aún atesoraba la ilusión, que fuera solamente un malentendido, que antes de partir a Barcelona me llamaría, para disculparse e intentar hacer bien las cosas. Eso es, lo que más me molesta, lo odio por eso ¿Qué le costaba decirme “Cásate conmigo”? ¿Podríamos hacer una nueva vida en Barcelona? pero no, todo al revés, cada día que pasa me cuesta más levantarme de mi cama, en las noches parezco búho, sin lograr pegar los ojos por mucho rato. Lo bueno, fue que Michelle, les contó a nuestras amigas lo que pasó con mi Benji, así que no tuve que contar la historia otra vez ¡Ay! tan lindas mis amigas, cada día me envían memes de ánimo, chiste, videos tiernos o graciosos, todo para que yo sonría. La verdad es que los dejo en visto porque no me interesan.

            Mi mamá quiso venir a quedarse unos días conmigo, para que yo no estuviera sola, triste y desolada. Ni que fuera una loca maniaca depresiva, que solo quiere saltar por el balcón. Le dije que ¡No! estoy mal, pero, no es para tanto. No sé, si se tranquilizó, porque me llama muchas veces al día.

            He decidido ir a terreno lo más posible para despejarme y ver algo distinto, a las paredes que día a día me acompañan.

            Me quedan cuatro días, tengo cuatro días de esperanza, quisiera mover el tiempo o todo el infinito para solucionar este problema…

Laura…Laura ¡Eh, Laura! Vamos, no es tan difícil, mírame – era Michelle, que no me dejaba estar en mi mundo Lauristico –

¿Qué? – respondí molesta –

Mira lo que te traigo ¡Mmm! mira por aquí o tal vez por acá, quizás aquí – decía sin parar –

¡Ya, basta! deja de molestarme, dime ¿A qué viniste? o te vas a molestar a alguien que tenga ganas de escuchar estupideces.

¡Huy! que humor él tuyo, creo que esto de la soltería te tiene bien wueona.

Ya, sin grosería por favor.

¡Ay! ¿Qué sensible que estás?

Por favor Michelle, dime que pasa, que tienes ahí – se lo dije con el mejor tono que pude, para que no sintiera que solo quería deshacerme de él –

Mira Laurita, tengo los mejores prospectos para que remplacen a ese mal educado de Benjamín, mira... Mira, hay unos muy guapos ¿Si quieres te hago un perfil en alguna página de citas?

Michelle, Benjamín, todavía no se va del país. En otras palabras, el cuerpo aún no se enfría. Y tú ya quieres que yo lo reemplace, además recuerda que estuve muchos años con él y como mi Benji, no hay ninguno…

¡Menos mal!

... Así que por favor no me atosigues con eso ¡Por favor! estoy sufriendo... – le dije, colocando cara de “Para, por favor” –

¡Porque quieres no más! si yo fuera tú...

Pero no lo eres, así que basta, háblame de los permisos municipales, de que constructora va a realizar el proyecto Almanaque, o que sé yo, mientas sea de trabajo, yo feliz te escucho – propuse –

Hay Laura, si yo fuera hetero... – ¡Uf! Seguía, porque no me entiende –

Basta, ni eres hetero, ni eres yo, ni eres bi, ni eres nada más, solo eres tú... Por favor, hablemos de trabajo.

📠¡Laura! – era Alisa, por el teléfono de la oficina – ¡El señor Armando Cabezas viene hoy a las 15 horas!

¡No! Cámbialo para la otra semana – supliqué –

Ya es la tercera vez, que le cambias la reunión... – comentó Alisa –

Dile que, Tamara, lo atenderá ¡Por favor!

No aceptó, solo quiere que tú lo atiendas ya no va a aceptar más cambios de hora – respondió Alisa –

¡Mierda! – exclamé, miré a Michelle – ¡Más encima tengo que atender a este viejo verde! ¡No tengo ganas de escuchar!... que me abra, al abanico de hombres que existen en esta ciudad, porque solo me importa uno ¿Está claro Michelle? Ahora ¿Te puedes quedarte conmigo, para esta misión necesito alguien que me sirva de distracción? – le pregunté con ojitos de gato –

Linda, con esos ojos de miel, me es casi imposible decirte que No, pero has sido muy desagradable, desde que vine a verte. Por eso me voy, Adiós ¡Que te diviertas! –se paró y se fue, dejándome sola –

            ¡Uf! al menos se fue, retomando me quedan cuatro días ¿Qué puedo hacer para que mi Benji, reaccioné? y me pida perdón…

¡Laura! – era Alisa – ¡Tenemos un problema con la cuenta de los Velásquez!

¿Ahora qué? ¿Por qué no me dejan tranquila un rato?

¡Lo siento Laura! no quería molestarte, pero hay muchas cosas pendientes y necesitan solución.

Ahora ¡Yo soy HELP! para todo. Tengo mis propios problemas – seguía reprochándole, en realidad estaba bastante molesta, irritada, tenía sueño, cansancio y solo quería volver a un mes atrás – Ya, dime Alana ¿Cuál es el problema con los Velásquez?

Lo siento, Laura, me imagino que estás mal. Sí hasta, te olvidaste de mi nombre, intentaré de mover las citas, que viene después de don Armando, para que te vayas a tu casa. Tal vez deberías pedir vacaciones, para que descanses – me respondió, la muy descarada –

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12:05

📠 ¡Alisa! Podrías llamar a don Armando y adelantarlo para las 13 horas, porque los minutos, no quieren avanzar y de aquí a las 15 horas me volveré loca.

¡Voy a intentarlo! – La verdad que siempre ha sido muy eficiente no es justo, que descargue mi ira con ella o con Michelle, que solo quieren ayudarme – ¡Sí! don Armando aceptó – me informó Alisa –

            Tengo que esperar a las 13 horas... Los minutos no avanzaban, ni dibujar me ayuda en este momento. Creó que han sido los 50 minutos más largos de mi vida. Ahora entiendo eso de la relatividad de Einstein... ¡Al fin! llegó don Armando ¡Maldición! Llegó con una caja grande de chocolates y un par de entrada para ir a una función de teatro.

¡Don Armando! No soy buena compañía para nadie – le expuse – Vaya con su señora o alguna otra mujer que tenga por ahí.

¡Mi Laurita! después de conocerte, ninguna mujer me importa…

No significa que este solo.

¡No mijita! Terminé con todas las mujeres, que existían en mi vida, ninguna es como tú.

¡Don Armando! Soy una mujer comprometida – le indiqué, para que dejará de fastidiarme –

Laura, no quieras engañarme, sé muy bien que Benjamín, terminó contigo. Ya no hay impedimentos, para que aceptes.

¡Don Armando! Mi vida privada, es eso ¡Privada! No tengo porque discutirla con usted, quien podría ser mi padre, más bien mi abuelo – le indiqué casi en tono de grito –

¡Caramba! Me habían dicho que estás irritable, explosiva y así, más me gustas – dijo, el muy viejo verde –

¡Don Armando! Si usted quiere que yo sea su arquitecta, en este u otro proyecto, es solo para eso ¡Trabajo!

¡Tranquila mijita!...

¡Ve! – le dije, levantando los brazos señalándolo – Hasta habla como mi abuelito. No sé, que tipo de mujeres está usted acostumbrado a tratar, pero yo soy una mujer adulta, que se hace respetar. No necesito andar chupando pelotas para conseguir mi reputación. Así que se lo recalco ¿Quiere mis servicios de arquitecta? ¿Si o no? – dije en tono inquisidor –

Laurita, no es necesario que te pongas en ese plan.

Don Armando, soy una mujer paciente, pero no wueona. Mucho menos una puta que se vende en la calle, así que me respeta o me respeta. Le agradezco sus regalos. Los cuales no necesito. Usted no me va a conquistar, ni con unos chocolates, ni con nada. Tercera y última vez que se lo preguntó ¿Quieres contratar mis servicios de arquitecta? ¿Si o no?

Está bien Laurita.

Laura, me llamo Laura, y todo el mundo me llama por mi nombre. Espero que sea verdad lo que dice. Espero no volver a vivir una situación como esta, o me veré en la obligación de levantar una denuncia por acoso.

Está bien Laura. Quiero que tú seas mi arquitecta, me gusta tu trabajo y tú dedicación a este.

            Después de esto, la reunión fue normal, como las demás reuniones. Al irse me quede pensando ¡Que chingada! ¿Por qué tengo que aguantar tipos como este? No lograba entender, como antes podía lidiar con él. Si en los minutos que lo esperé, fueron largos, los minutos que duró la reunión con él, fueron eterno, juro que fueron más de dos siglos.

            ¡Libre soy, libre soy! Me fui a mi apartamento, entre permanecí un minuto parada mirando todo y me fui, simplemente a caminar, a pensar... que pasaba si iba donde mi Benji, y le dijera que lo amo, que sí me quiero ir con él. Me dispuse a caminar con rumbo a su trabajo. Mientras caminaba, iba viendo parejas, que disfrutaban de la vida, niños que jugaban con sus padres, todo lo que quería vivir con mi Benji. En un intervalo vi un auto parecido al de Benji, del cual se bajaba una mujer joven, pensé que tal vez era su pareja, pero en la siguiente esquina vi como recogía a otra mujer, “Que mal parido” pensé, que tal, si mi Benji, está igual que ese tipo, ahora que no está conmigo... Los fantasmas invadían mi cabeza, me torturaban a cada segundo, yo solo quería encontrar una solución, pero cada paso que más me acercaba a él, mi cabeza más se alejaba. Y no pude más, me detuve a una cuadra de su edificio y me quedé ahí mirando, la nada, veía sin ver, sentía como me mimetizaba con la ciudad y me perdía, más aún en esa esquina ¡Eres una cobarde! Comenzó a resonar en mi cabeza ¡Eres una cobarde! Solo tienes que tomar tu teléfono y llamarlo, decirle que te vas a ir con él ¡Eres una cobarde! Te quedas parada, mientras él se aleja de ti ¡Eres una cobarde! Si te... ¡Basta! – grité – Y me eché a correr, no llevaba zapatillas, pero aun así corría como si fuera el fin del mundo y de correr dependiera mi supervivencia, llegué a mi apartamento, me metí en mi cama tapándome hasta la cabeza, comencé a contar número, solo para dejar de pensar, no sé en qué número me dormí, pero ya era de madrugada cuando desperté, en ese instante parecía que todo estaba bien, que nada malo iba a pasar... De repente recordé que me quedaban tres días, antes que se fuera. Aún confiaba en él, así que decidir esperar, sabía que me iba a buscar, si al final me ama, no va a ser capaz de dejarme aquí, sin él.



Reporte del día 3 antes que se vaya.


            Nada, ninguna novedad. Ni señales de vida.

Reporte del día 2 antes que se vaya.


            Nada, pero yo sé, que me va a venir a buscar.

Reporte del día 1 antes que se vaya.


            Nada, ahora sí encuentro tentadora la acera, que está debajo de mi balcón.

Reporte final ¡Hoy es el día de su partida!


            Todos mis conocidos, me preguntaron en persona o por WhatsApp, si yo iba a ir a despedirlo al aeropuerto, a todos les dije que “No”. A misma me decía “No vas a ir, siempre digna”. Pero por otro lado me decía: “Sí, tienes que ir”. Alisa, entró en mi oficina y me dio un papel, donde estaba anotado el vuelo y a la hora que se iba a ir.

Sé, qué harás lo que dicte tu corazón – dijo –

            Lo tomé y lo arrugué, tuve la intención de botarlo a la basura, pero me contuve, lo vi, mire mi reloj y aún tenía tiempo, para ir detrás de él, tal vez podría comprarme un pasaje he irme con él, lo medité por más de 15 largos minutos. Resolví que ¡Sí, me voy a ir con él! No hoy. Pero le voy a contar que no quiero perderlo. Le dije a Alisa, que me pidiera un taxi, para el aeropuerto.

            El chofer era un poco conversador, yo no tenía ganas de conversar, solo quería que se fuera volando al aeropuerto para lograr hablar con mi amor.

¿Va a un viaje corto? – dijo el chofer –

No – dije mirando hacia afuera –

Ha hecho calor estos días.

Eso creo – dije, unos minutos más tardes –

¿Conoce muchos países?

No, la verdad no.

Yo siempre he querido viajar fuera del país, pero cada vez que tengo el dinero, por uno u otro motivo, no logro viajar la última vez, fue porque mi novia me dijo que íbamos a ser papás. Me vi en la necesidad de gastar ese dinero en el bebé.

¡Sabe! No quiero ser descortés, pero voy al aeropuerto por mi novio…

¿Viene del extranjero?

No es, al contrario, hoy se va del país y quiero ir a decirle que lo amo y no quiero vivir sin él, que no concibo mi vida sin él. Disculpé, pero no tengo otro pensamiento más que él.

La manía de las mujeres, de dejar todo para última hora. Mi mujer siempre supo que yo quería viajar el extranjero, pero no, tuvo que esperar hasta que yo tuviera todo el dinero reunido, ya sabía hasta a donde iba a viajar. Fíjese usted, que hasta los panoramas tenía contemplados. Solo le faltó, que yo tuviera comprado los pasajes, para que ella viniera a decirme que estaba embarazada.

Por favor, puede concentrarse en el camino y manejar lo más rápido posible. Si quiere le pago el doble por la carrera. Solo me interesa llegar al aeropuerto antes que él llegué a la aérea de embarque – señalé, esta vez se preocupó de conducir y se le quitó la conversadera –

            Llegamos al aeropuerto yo estaba muy nerviosa, mi corazón palpitante, estaba tan agitado, que no me dejaba escuchar a mi lógica, para saber qué hacer. Inhale y exhale, varias veces hasta que logré controlar esa emoción desbordante, revisé mi reloj, aún tenía bastante tiempo para encontrarlo. Tomé mi teléfono, lo llamé. No estaba disponible. Lo intenté otra vez, fue el mismo resultado. Busqué en el área check–in, tal vez aun no validaba la documentación. Pero, ahí no estaba, intentaba ver si estaba su mamá o algún familiar, pero nada, quería llamarlo por altoparlante, pero creo que es ilegal. lo busqué sin cesar. Fui a informaciones y no obtuve resultados, volví a llamarlo y nada. Solo quiero verlo, decirle que lo amo, que lo necesito, que voy a deja todo y para irme con él, aunque fuera a la China.

            Tal vez estaba en el aeropuerto equivocado, o mejor aún se arrepintió se va a quedar... En eso comenzó a sonar mi celular, era Alisa, que me dice “Que hablo con la secretaria de Benjamín, y él decidió viajar anoche, que de nada me servía buscarlo, porque no iba a aparecer. Que ya estaba en Barcelona”.

            Ahora sí, me voy a morir, ahora si mi vida se acabó, sentía que me ahogaba, ya no sirve que compré un vuelo, si estaba claro, que yo no le hacía falta como él me aseguró, esa noche. Tengo que poder vivir sin él... “Siempre digna, levanta la frente y camina erguida”, era una mezcla entre mi voz interna y mi madre que hablan en mi cabeza. Tomé un taxi a la salida, cuando él chofer me consultó para donde iba, yo le indiqué la dirección de mi edificio. En el trayecto pasamos por un Home Centers. Le pedí al chofer que se devolviera, que necesitaba comprar algo. Antes de bajarme le supliqué que me esperará, que no apagará el... Esa cosa que dice cuánto vale el viaje, yo le iba a pagar el monto que saliera. Que solo iba por un par de bolsas para la basura y volvía para continuar con la ruta inicial. Y esa, era Mi intención, solo comprar un paquete de bolsas para basura. Pero, pasé por el pasillo de herramientas y no me contuve, eché un martillo, una sierra eléctrica, un plástico protector, unos galones de pintura, me fui al pasillo de menaje para cambiar la loza, seguí recorriendo el lugar para tomar un paquete de ropa de cama, hasta la cortina del baño. No sé cómo, terminé con tantas cosas en el carro ¡Ah! Cierto, me faltan las bolsas de basura. Él taxista aún me esperaba, había entrado a la tienda, para verificar si todavía estaba ahí o era una estrategia para no pagar la carrera. Al salir y llegar a su automóvil tuvimos que acomodar mis compras, casi nos faltó espacio para que todo cupiese. Entró todo, no sé cómo, pero cupo mi arrebato. Cuando llegamos a mi edificio, él chofer me ayudó a subir las cosas a mi apartamento. Fue muy buena onda, por eso se lo ganó, una generosa propina.

            Llamé a María, que era mi nana, de hace mil años. le pedí que viniera urgente, que necesitaba su ayuda. Cuando llegó me ayudó a sacar la ropa del Benjamín, ni era tanto tampoco, si con suerte los fines de semanas se quedaba conmigo, era muy raro que viniera en la semana, siempre tenía una excusa para no venir o para irse. Después de recordar eso, con más ganas decidí recuperar mi hogar, le di todo lo que me recordaba a él. La verdad tuve que llamar a un camión de la empresa, para que se la llevaran todas las cosas a la casa de María, lo único que dejé fueron las cosas que tengo en mi mini–oficina, que tengo instalada en una de las habitaciones. Se llevó la cama, el comedor, los sofás, el comedor, la ropa de cama, los cuadros... la encimera de la cocina ¡Puta! no pudo llevársela, es muy complicado sacarla. Pero, si no fuera por eso, yo habría gozado, mirando como la sacaban. Porque es, el lugar que en ocasiones remplazaba a la cama. Muchas veces la ocupamos para hacer el amor ¿El amor? ahora me resulta un chiste.

            Al final hice lo que él quería, regalar mis cosas, pero no fue por irme con él, sino por la rabia que me provocaban ver esos objetos, me hacen recordarlo. Cuando terminaron de sacar las cosas, comencé a pintar, hace años que no hacía esto. Se sentía reconfortante, en cada brochazo intentaba borrarlo de mi vida, al igual que él lo hizo conmigo. Sí, era neto y puro despecho, de sentir que todas sus palabras solo eran mentira, esa noche dormí en el suelo, mirando el cielo de mi apartamento llegue a pensar que lo debería vender e irme a otro, uno nuevo donde nada me recordara a él, pero resolví, que no, que yo era fuerte, que podría hacerlo, podría vivir ahí sin él.

            Al día siguiente me dolía todo, literalmente todo. Creo eso sí, que mi dolor emocional era muchas veces peor que mi dolor corporal, por haber dormido en el suelo. Me fui al gym, parece que toda la gente había desaparecido junto con él o yo me había vuelto ciega. Una vez en la oficina intenté mantenerme firme, aparentar, que había dado vuelta la página, junto con Michelle y Alisa, elegimos nuevos muebles, mandé unos maestros a hacer unas modificaciones a mi apartamento, los cuales se van a demorar una semana. Así que decidí irme a la casa de mis padres. Mi mamá estaba feliz, al fin su bebé volvía a casa, yo le dije que no se hiciera ilusiones que solo era pasajero por un par de días.


Capítulo 1 Libro Mi Pequeña... La Domadora de Delfín



El principio del fin


📳Llamada de Alisa.
¡Aló! – dije somnolienta –
¡Buenos Días Jefa! Tienes reunión a las 9 a.m. ¿Dónde estás…?
¡Mierda! me quedé dormida ¿Qué hora es? – le dije, mientras me levantaba rápidamente de la cama –
8:30, tienes media hora para llegar, le dije a Tamara, que habías ido a buscar unos materiales – indicó Alisa –
Gracias, esa la ventaja de vivir a diez minutos del trabajo, no me cortes que voy a conectar el manos libres... Lo siento me quedé dormida, estuve hasta muy tarde intentando ver y decidir que ropa voy a usar en la noche, estoy tan nerviosa y ansiosa por esta noche, después de tantos días ha llegado... – expuse muy emocionada –
Sí jefa, pero la reunión con Brikang, es igualmente importante.
Sí ¿Ya está la sala de reunión lista? supongo que viene Mariela y compañía, así que, encarga esos pastelitos que le gustan a ella. Yo ya estoy a dos minutos de salir de mi apartamento ¿Qué otras reuniones tengo hoy?
¡Ufff! es un día largo, tienes a las 11 a.m. Reunión con el conglomerado Clob, a las 12 p.m. Almuerzo con los socios, a las 14 p.m. Vienen los Velásquez y a las 17 horas viene don Armando Cabezas... Hasta el momento eso es todo.
Ok, llama a don Armando y pídele adelantar la cita a las 16 horas, quiero salir a más tardar a las 17 horas, ya que a las 20 horas es la cita con mi Benji, y no quiero hacerlo esperar. Ya Salí ¿Puedes pedirme una porción extragrande de café? que me lo lleven a la oficina... Please!... ¡Gracias no vemos en 10 minutos!
Está bien Laura ¡Adiós!
📴
            ¡Aaah! que emoción, hoy es el día... Hoy es el día, me repetía en mi cabeza. Lo he estado esperado, por las últimas dos semanas, desde que Benji, me dijo, que tenía algo muy especial que hablar hoy. Después de cuatro años de nuestro reencuentro y de haber tenido una hermosa relación, creo que ha llegado la hora de pasar al siguiente nivel. Estoy caminando muy rápido para llegar a la reunión y poder tener unos minutos, para concentrarme antes que ellos lleguen. Y por la ¡$#%&$! mi tacón se rompió, justo hoy. No me di cuenta, mi tacón se metió en una rejilla, parece que eran almas gemelas porque no lo quiso soltar.
📳 Llamando a Alisa.
Alisa ¿En la oficina, tengo algún par de zapatos? Es que mi tacón murió y voy caminando a penas…
Déjame ver…. Si hay dos pares.
Gracias nos vemos en tres minutos.
📴
            Seguí caminando, pero a penas, quería correr para alcanzar a cambiarme de zapatos. Pero, creo que cada paso que doy, camino para atrás o voy caminando en la luna, la gravedad no me acompaña... 8:54, si llego antes que mi cita de las 9:00, será de puro milagro...
¡Buenos días Wilson! – le dije, al portero del edificio donde están las oficinas de “HF”, la firma de arquitecto donde trabajo hace más de siete años –
¡Buenos días, señorita Laura!
¿Sabes si los del grupo Brikang, ya llegaron?
No, aún no – dijo, después de revisar la lista de visitantes –
¡Uf! qué suerte ¡Gracias Wilson, que tengas un buen día!
Igualmente usted.
            En el ascensor repasaba todas las cosas que tenía que tocar en la reunión, pensaba en si les gustarán el nuevo plano del edificio ya que en las últimas dos reuniones han rechazado las modificaciones. Se abrió la puerta del ascensor y justo me encuentro con Tamara, mi rival, socia y amiga, una mezcla un poco extraña.
¡Buenas Tardes, Señorita Laura! ¿A qué se debe, que nos honra con su presencia en este día soleado? – dijo ella, con un tono muy irónico. Yo con una mueca en la cara le respondí –
¡Buenos días Tamara! Veo que el sarcasmo matutino no es lo tuyo, pero gracias por preocuparte por mí, serías tan buena amiga como para presarme tus tacones ya que los míos colapsaron – le dije, mientas le mostraba mi pie –
¡A no! Sí es mucho tú descaro, llegas tardes y además quieres mis zapatos, ni que yo tuviera una zapatería.
¡Ja, ja, ja! No, Porque tú nunca vas a tener tantos pares como yo, así que disfruta que tengo un par menos, pero, pensándolo bien, aunque yo tuviera diez o quizás veinte pares menos no me alcanzarías – justo me interrumpió Alisa –
¡Laura, ya llegaron! Tus zapatos están listos en la oficina y el café con los pastelitos llegan en cinco minutos ¡Ve a cambiarte! mientras yo los recibo, en la sala de reunión están los planos y todo necesario, solo falta tu laptop.
¡Gracias Alisa! por eso te amo – le respondí, mientras me iba deprisa a mi oficina –
            En eso Tamara, seguía mirándome, como si deseara cortarme la cabeza yo sin tiempo para seguir con nuestro saludo matutino, me dirigí a mi oficina, me cambié los tacones, me miré en el espejo del celular, para asegurarme de verme regia, como siempre. Tomé mi laptop y me fui a la sala.
            Fue una reunión muy larga, Mariela y Gerardo, no lograban colocarse de acuerdo en de los pequeños detalles, preguntaban una y otra vez, sobre los mismos puntos, lo bueno es que ellos no toman la decisión final, esa menos mal es de Richard, al cual le encanto las últimas modificaciones, así que ya es un proyecto aprobado. Punto para mí, hay que avanzar en los tramites de construcción y la aprobación del municipio, pero ya hemos avanzado al saber la estructura final que va a tener este nuevo edificio.
            Las otras reuniones fueron normales, todas fueron productivas, al igual que nuestro almuerzo de socios. Tamara, me odia, pero me ama, igualmente alaba mis triunfos. Roberto, por otra parte, es el socio–fundador, él quiere que me esfuerce aún más. En la reunión con los Velásquez, es para terminar de elegir un terreno para su cabaña ecológica, he estado buscando en los últimos días unos terrenos a la salida de la cuidad, creo que ya encontramos el correcto. Por otro lado, el señor Armando Cabezas es un galán, siempre me trae chocolates, muy ricos por lo cierto, pero yo le respondo:
¡Don Armando, soy una mujer comprometida!
 ¿Ya te pidió compromiso?
¡No! Pero, hoy es el día que lo hará – le dije, Con mi cara llena de orgullo e ilusión –
¡Bueno! ¡Aun así, todavía estás soltera! y el día en que te cases, seguirás estando vida y mientas estés viva, yo tengo una oportunidad para conquistarte – dijo galantemente –
¡Eso me agrada de usted! siempre le busca el lado bueno a cada situación.
            Después de esos halagos seguimos tratando los puntos de la reunión, para variar se alargó... Fue bueno adelantarlo una hora, son las 5:30 y recién logré terminar con todo lo que había en mi agenda para el día de hoy ¡Sí me voy! a mi apartamento a producirme para ¡Mi gran noche!
Alisa, ya me voy, dejé todo listo. Avísale a Michelle, que le envié los planos para haga la tramitación. Los Velásquez ya decidieron el terreno que quieren comprar ¡Es este! envíale una oferta al vendedor por el precio que está aquí. Y para este otro terreno, genera una orden de compra a mi nombre.
No vas a regatear el precio – preguntó Alisa –
No, es el terreno que quiero y considero que el precio es justo.
Bueno, Laura... que tengas una buena noche ¿Te llamo mañana? para despertarte. Yo sé que lo de hoy fue una situación puntual, pero tal vez, la celebración va a ser un poco larga... – sonrió con una cara de pícara –
Tranquila Alisa, sin importar lo largo de la celebración, voy a estar aquí a las ocho en punto. Buenas tardes, termina esto y te vas a tu casa ¡Hasta mañana! – le ordené –
            Sali del edifico, tenía ganas de correr de pura emoción, quería llegar a mi apartamento ¡Ya! en cada paso que daba iba emanando alegría, iba pintando cada espacio de colores, de amor, de flores ¡Ains! fue un recorrido más corto, el de hoy.
            Al llegar, lo primero que hice fue despojarme de toda la ropa para darme un baño de tina con ese aceite de jazmín que le encanta a mi Benji, con la ayuda de una esponja utilicé la espuma, para pasarla por todo mi cuerpo, quería, cada milésima de mi piel con ese aroma. Después de un rato salí de la tina, me sequé muy bien para colocarme crema hidratante, una específica para cada zona, quería ser más suave que el tercio pelo. Para ese momento en que las manos de mi Benji, recorrieran mi cuerpo. Y que él, no consiguiera dejar de tocarme. Para hoy, había decido un maquillaje de noche muy sensual. Yo solo deseaba que todo fuera perfecto, me hice un peinado con el pelo tomado. Me coloqué un vestido de color amarillo colza, lo compré especialmente para hoy. Elegí ese color, porque pensé que, si elegía un vestido de color blanco, era generarle mucha presión y no quería generar un conflicto innecesario. Algo más disimulado como un amarillo estaba bien. Me miré muchas veces en espejo, me sentía de otro planeta por lo espléndida que me veía. Eran las 19:00, estoy a media hora del restaurante, todavía puedo elegir otro vestido, me probé tres, más ninguno me convenció como el primero, sí el amarillo era el ideal. Tomé mi cartera, celular, las llaves, el manos libres y Sali de mi apartamento con rumbo al subterráneo, me subí a mi auto y partí al restaurante donde sería mi cita, esta noche la iba atesorar por siempre.
            Cuando llegué, su auto ya estaba ahí. Me alegró mucho, saber que él estaba más ansioso que yo. La anfitriona me llevó a la mesa donde él me esperaba. Se levantó de la silla, como todo un caballero.
¡Amor mío! te ves deslumbrante, sin duda eres la mujer más hermosa del mundo – comentó, Yo lo miré y le di un piquito –
Yo también te amo – Me indicó de me sentará y me acomodó la silla. Era todo un amor, lleno de detalles, yo me sentí muy especial. Llegó la camarera que traía una botella de champagne – ¿Qué celebramos? – le pregunté, así como haciéndome la ilusa, como si no sospechara que hoy me iba a pedir matrimonio–
¡No comas ansias! que la noche es joven y te tengo preparadas muchas sorpresas – explicó, en eso sacó una rosa y me la entregó – ¡Laura, mi amada Laura! sabes que, desde que estábamos en la escuela que ¡Te amo! qué en todos los años que estuvimos sin vernos, ningún día dejaste de estar en mi mente. Cuando te reencontré y comenzamos a tener esta relación, mi principal objetivo ha sido hacerte feliz…
¡Lo sé amor, lo has logrado con creces! – le dije, coronando el momento –
            Volvió la camarera y nos preguntó que íbamos a ordenar. Después de hacer la orden, comenzamos a celebrar con el champagne, cenamos muy rico mientas conversábamos de nuestro pasado, fue un recuento de buenos momentos, igualmente recordamos una que otra pelea que habíamos tenido, las cuales terminamos siempre arreglándola en la cama. Llegó la hora del postre y yo pensé que iba a venir el anillo en el pastel, al más estilo de peticiones de matrimonios que hay en YouTube, pero no. Ya en este punto, me está preocupando ¿Qué era esta noche? comenzó a rondar esa pregunta en mi cabeza, como una alarma que no logras apagar, en eso me dice:
¡El motivo de esta…! – Y mis ojos se abrieron como ventanas al alba en primavera. Le coloqué toda la atención ¡Si, me lo va a pedir! Me respondí en mi cabeza... – Mi amor ya te dije lo importante que eres para mí. Y quiero pasar toda mi vida contigo – comenzó a sacar algo del bolsillo interno de su chaqueta – Yo sé, que tú me amas de igual manera. Por eso sé, que me seguirás al fin del mundo si fuera necesario – ¡Ah, perdón! de que me perdí, pensaba yo, colocó un sobre de papel en la mesa – Aquí hay dos pasajes para un mes más, uno a tu nombre y uno para mí. Me voy a mudar a Barcelona y deseo que vengas conmigo…
¡Ah! – Yo estaba en shock. Solo pude decir eso –
Eso amor, que me voy a vivir a Barcelona, es un traslado del trabajo. Están abriendo una nueva sucursal y yo fui designado para ser el gerente. Y debó irme a vivir allá... ¿Qué Dices? – expuso, Yo seguía en shock, mi cabeza no procesaba nada de lo que estaba pasando aquí ¿Me está pidiendo matrimonio? ¿Está jugando conmigo? ¿Quiere terminar y no es capaz de decírmelo? no entiendo, el juego que está jugando –
¿Qué? – fue solo lo que logré decirle –
¡Ay, mi amor! ¿Cómo no logras entender? – me dijo irónicamente, como si yo fuera estúpida – Que me voy a ir a Barcelona y quiero que te vengas conmigo, porque te amo y no puedo vivir sin ti.
¿Y mi trabajo?
Mi Amor, mi Laura, Soy el gerente de la nueva sucursal ¿Sabes todo el dinero que voy a ganar? tú no vas a tener la necesidad de trabajar. En Barcelona vas a poder tomar algún curso, por si te aburres en la casa, vas a tener una tarjeta ilimitada, para que compres todo lo que quieras, cuando quieras. Podrías entretenerte haciendo yoga, pílate o lo que quieras, tú solo pide y yo te lo daré... – enumeró él. Yo en ese momento quería abofetearlo, pero me dije ¡Calma, siempre digna! –
¿Por qué me insultas de esa manera? Yo no soy un mueble, que tú puedas mover a tu antojo, yo no trabajo por necesidad, trabajo porque es lo que amo hacer, me encanta crear nuevas cosas, es mi pasión ¿Tú crees que con un cursillo me va a satisfacer? ¿Qué es eso de tarjeta ilimitada? ¿Acaso soy una mujer “Pobre” que necesita un patrocinador? ¿Por qué intentas colocar tus pies sobre mí?
¡Calma mi amor! me mal interpretaste – explicó – Solo intentó decirte que, en Barcelona, no te va a faltar nada, aunque dejes tu trabajo y no recibas tu sueldo, allá no veras mermada tu calidad de vida, siempre vas a tener un ingreso seguro, que no vas a tener carencia de nada.
En serio – Lo miré con una cara de iracunda –
Sí.
¿Un ingreso seguro?
Nada te va a faltar – aseguró –
Sí, sé me olvidada, que, si yo no trabajo, no tengo dinero – dije irónicamente, creo que mi cara estaba más desfigurada con la rabia que iba acumulando –
Amor cálmate, solo intentó decirte que te amo y te necesito conmigo. ¡Sabes! ¿Si quieres? puedes colocar tu propia firma allá o puedes hacer lo que quieras, eres libre, eres dueña de tu tiempo libre. Yo solo quiero hacer esto contigo, te necesito y eres mi soporte. Y no quiero que me mal interpretes – expuso, intentado dominar la situación –
Benjamín, mírame y dime ¿En serio eres tan egoísta, que solo piensas en ti? – le dije, mientas lo miraba fijamente con cara de profunda ira –
¡No! Nunca. Siempre eres tú, mi primer pensamiento del día y el último antes…
¡Benjamín!
De dormirme…
Benjamín, si tú pensarás en mí, como dices, esto lo hubieras hablado cuando te lo propusieron. Pero ¡No! Aceptaste y ahora me estás informando tú decisión, creyendo que me metes en una maleta y voy contigo a donde tú decidas…
No nunca – dijo, intentando de darme vuelta –
¿Entonces? – le dije, cruzando mis brazos –
Mi amor, mi vida, no quiero aprender a vivir sin ti, eres lo más importante... – decía para convencerme –
Si, soy lo más importante entonces quedemos en este lugar, donde está nuestra familia, nuestros amigos, nuestra vida…
No puedo, mi amor, tengo que aceptar esto. Esto es por lo que he estado trabajando desde hace mucho tiempo, para poder demostrarle a mi padre, que soy alguien importante, alguien que ha hecho su propio camino y no necesito de él…
Tú y tu estúpida pelea de ego con tu papá, están arruinando nuestra vida…
Porque, si tú solo tienes que renunciar y venirte conmigo...
¿Y tú, porque no renuncias a tu trabajo y a tu pelea con tu viejo?
No puedo yo sé que me amas y vas a venir conmigo...
Yo te amo Benjamín, con todo mi corazón. Yo pensé que hoy me ibas a pedir matrimonio, fue por eso por lo que me vestí así. Para que fuera una noche perfecta y lo único que siento...
Laura, sí te lo estoy pidiendo... que te cases conmigo. Que nos vayamos de aquí, acá no tenemos futuro.
¡Ja! no escuche decir ¿Mi amor, quieres casarte conmigo? Solo escuché Laura, renuncia a todo y te vienes contigo, para ser una dueña de casa. Está muy claro que no deseas volver. Benjamín ¡Ains! te lo vuelvo a decir te amo, siento que me has arrancado mi corazón... Pero, si me voy contigo es dejar de respirar, porque eso es mi trabajo para mí, mi oxígeno, mi vida, sé que la arquitectura es mi vocación. A parte de que mis familia y amigos están aquí. Pero por sobre todo no soy un mueble, así que, con el dolor de mi corazón, te notificó que ¡NO!
Laura, tienes un mes para pensarlo mejor. Es el tiempo suficiente para que renuncies, vendas o regales tus cosas y te vengas a Barcelona conmigo – Me paré de la silla, me agaché a la altura de su cara –
¡NO!
            Fue lo que le dije, me di la media vuelta y me fui. Mientras caminaba a mi auto, quería que fuera detrás mío y me dijera algo que me convenciera, para irme con él. Llegué a mi auto, entre, mientas me colocaba el cinturón sentía unas ganas de golpear mi cabeza contra el volante, remetidas veces, mil veces. Miré hacia dentro del restaurante y él seguía sentado en la misma silla donde lo dejé ¿Por qué no viene para acá y me dice algo que me convenza? Me cuestionaba, tomé mi celular, tenía WhatsApp del grupo de mis amigas ¿Qué les iba a decir ahora? Pensé... Preferí dejarlo en silencio y guardarlo. Volví a mirar al interior del restaurante y él seguía ahí. Creo que me quedé unos cinco minutos esperando alguna reacción de él, hasta que al final decidí irme del lugar.
            Me detuve en una bencinera a comprarme un paquete de cigarros y encendedor ¿YO FUMANDO? Me cuestioné un segundo, pero solo quería sentir la sensación, de saborear un cigarro, algo que sacará este mal sabor de mí boca. Conduje mucho rato sin dirección, hasta que terminé en el edifico de mi trabajo. No sé porque terminé aquí, pero me dirigí al estacionamiento... Y ya estaba todo cerrado. Tuve que ir donde el guardia nocturno, para decirle que iba a trabajar en unos proyectos que tenía atrasado, Para que él subiera las cortinas del estacionamiento y yo poder ingresar, estacionar he ir a mi oficina.
            Una vez en mi oficina con la luz apagada, pendí mi cigarro número cuatro, en cada fumada admiraba las luces de la cuidad ¡Amo esta ciudad! aquí está mi familia, mis amigos, mi trabajo. Me preguntaba si sería capaz de dejarlo y comenzar en un lugar nuevo y la respuesta era sí, sin dudar. Pero no era eso el dilema, el problema era que me sentía un objeto para él hombre que dice amarme, hombre al cual amo profundamente ¡Mierda! Porque lo hace tan difícil, si hace dos meses me hubiera propuesto matrimonio y me hubiera comentado que le iban a ofrecer ese puesto y que posiblemente tendríamos que irnos a vivir a otro continente, le hubiera dicho que sí, sin dudarlo. Volví a revisar mi celular y solo tenía conversación de WhatsApp de las locas de mis amigas, que se imaginaban que yo estaba en pleno revolcón con Benji, y con una roca en mi dedo. Que lejos de la realidad estaban, no tenía ganas de decirles que nada fue como yo lo había pensado. Novedades de Benjamín, nada ni una llamada, ni un mensaje. él muy hijo de puta seguro está dolido, echándome la culpa del fracaso de esta noche ¿Por qué mierda lo amo?
            No pude dejar de pensar en toda la noche, me fumé toda la cajetilla, sin llegar a una respuesta distinta a la que le di, coloqué todo en una balanza y sin dudar todo antes de anoche estaba a favor de Benji, me preguntaba ¿Qué tal si solo fue un descarrilamiento y nunca en la vida vuelve a pasar? pero algo en mi interior me decía que lo que teníamos se había roto. Comenzó a salir el sol y yo en el sofá de mi oficina dándome vuelta y vuelta, quería salir corriendo y gritar, olvidarme de todo. De pronto recordé que tenía la ropa del gym en el maletero de mi auto ¡Bien vamos por un poco de ejercicio! Me ordené, bajé al estacionamiento, verifiqué que la ropa estaba ahí, me subí al auto y conduje hasta el gimnasio. Después de cambiarme de ropa subí a la trotadora, comencé a caminar lentamente, pero no era lo que buscaba, le subí a la velocidad para trotar, aun así, no era lo que quería y necesitaba, le volví a subir a la velocidad, esta vez para correr. Comencé a correr. Corrí, corrí... Solo quería dejar de pensar y no lo conseguía ¡A la chucha las clases y todas las horas de meditación! hoy de nada me servían 7:05, me fui a mi apartamento me arreglé para mi nuevo día laboral, a las 7:45, estaba en la oficina. Hoy fui en auto, es ridículo ya que vivo a diez minutos caminando, creo que con la congestión que había me demoré fácilmente unos veinte minutos. Alisa, llegó cinco para las ocho.
¡Buenos días, Alisa!
¿Como te fue anoche? – fue lo primero que me preguntó –
¡Bien! – le mentí –
¡A ver la roca!
Fue otra la sorpresa, que me dio – le sonreí con una felicidad llenadera, pero falsa –
¿Estás bien?
Sí ¡Ya, basta! dime la agenda para hoy.
            Me dijo todo lo que había que hacer, la verdad, creo que se me notaban las ojeras, de no haber dormido en la noche, estuve todo el día en la oficina con reuniones, como todos los días, en los momentos en que estaba sola, solo me dedicaba a dibujar para los proyectos que tenía, no quería pensar, cada media hora o menos, revisaba mi celular para ver si me había llamado o enviado un mensaje. Nada. Yo de corazón esperaba que él, se disculpará y que lo volviera a intentar, pero nada pasaba, término el día.
            Comenzó otro día que también transcurrió sin mucha diferencia y otro, otro más y otro, pasé una semana, sin saber nada de él. Ya a esta altura ya iba por mi milésimo cigarrillo fumado, tenía pena y miedo. Miedo de perderlo para siempre, de no volver a verlo, quería llamarlo y decirle que lo amo, que él es mi oxígeno, qué si él me deja yo moriré de amor. Pero, me importunaba lo que mi madre me había dicho, hace mucho tiempo, cuando era una niña, me dijo: “Laura, eres una mujer valiosa y vales por cada célula de tu cuerpo y más, nunca dejes que ningún hombre te basureé, porque quien lo haga, nunca en la vida te va a volver a respetar”. Yo juro, que solo quería llamarlo, tenía el teléfono en la mano a punto de marcar llamar, pero me arrepentía, prefería fumar, prefería ir al gym. Iba tres horas por día, una hora en la mañana y dos horas en la tarde todos los días, solo para intentar, dejar de pesar. El correr me servía, me distraía, me ayudaba en parte a quitarme la pena que llevaba. ¡Aaah! lo necesito. Necesito que recorra mi cuerpo, necesito sus manos y su boca contra la mía ¡Maldición! ¿Por qué te amo? pasó otra semana y por fin me llamó ¡Ahhh! ¡Ahhh! ¡Qué felicidad!
📳 Llamada de Mi Amor.
¡Aló! – respondí, con una voz dulce y suave –
Hola amor ¿Te llamo para, saber si después de estas dos semanas ya tomaste la decisión adecuada y si ya comenzaste a deshacerte de tus cosas? – me dijo, él muy hijo de puta yo atónita, no podía creer que me dijera eso –
¡Te amo!
Yo sabía amor, que ibas a tomar la mejor decisión – enunció él muy engreído –
Te amo – volví a decirle, mientras esperaba que saliera de esa postura de sentirse mi dueño y me considera una mujer importante y valiosa –
¡Yo también!
Benjamín, te amo, eres mi vida o eso creí yo, he estado las últimas dos semanas sin ti y me he dado cuenta, que puedo vivir sin ti – con cada palabra que pronuncié, sentía que me rompía por dentro –
Veo que no has cambiado tú actitud, tú eres la única responsable de que no estemos juntos, tendríamos una vida perfecta en Barcelona y tú lo desperdicias. Me queda claro que no vas a venir conmigo ¡No vengas nunca! porque en estas dos semanas yo también, me di cuenta de que no eres la única mujer en el mundo.
Benjamín... – solo eso alcance a decir porque me colgó –
📴
            Tenía ganas de patearle los huevos ¿Cómo tan hijo de puta? ¿Cómo me dice eso? ¡Me está clavando mil agujas en mi corazón!... Sin pensarlo tomé una escultura que había en mi oficina y la tiré contra la pared, quería tirar todas las cosas, botarlas, quería acabar con todo. En eso entró Alisa, y en unos minutos después Tamara, con Michelle.
¿Qué pasó? – preguntó Alisa –
Nada.
¡Nada!... ¡Mira la pared! mira la escultura se rompió, dime que pasa – insistió Alisa –
Es Benjamín, se va a ir a Barcelona y siento que me voy a morir.
¿A Barcelona? – dijeron Tamara y Michelle –
Yo sabía que algo no andaba bien – dijo Alisa – haz estado muy callada, ida, distante como viviendo en Júpiter.
¿Pero porque a Barcelona y tú corazón? – me preguntó Michelle, mi buen amigo –
Sí, a Barcelona, odio a Barcelona, odio a España, odio Europa, porque mierda no se queda conmigo – reclamé mientas entraba en llanto, Tamara, en ese instante cerró la puerta –
¡A ver querida! – dijo Tamara – ¿Qué fue lo que aconteció? estabas tan feliz hace poco, porque te iba a pedir matrimonio y ahora lloras como una niña, ya no entiendo nada.
¡Yo tampoco! – añadieron Alisa y Michelle –
Lo que pasa es que él, no me preguntó si yo quería irme con él – reclamé –
Siempre te dije, que ese hombre no te convenía – dijo Michelle – ¿Cómo tan poco hombre de dejarte acá?
No es eso.
Ya, entonces no estamos entendiendo nada – reclamó Tamara –
Lo que pasa es que él, no me preguntó si yo quería irme con él, él asumió que yo me iba a ir con él, tampoco me ofreció matrimonio, solo me dijo que se iba en un mes a Barcelona, que va a ser el gerente de la nueva sucursal, me ordenó que renunciará a mi trabajo y vendiera mis cosas. Me dijo, que no necesito trabajar, que para entretenerme mientras él no esté, podía tomar un curso o ir a clases de yoga, cosas estúpidas, como esa me dijo, esa noche.
¡Es un perfecto idiota! – dijo Michelle –
¡Maldito con#$%#%!... Benjamín, es como todos los hombres, unos ególatras – argumentó Tamara –
Obvio que sí. Estás tan herida y enojada amiguita mía ¿Por qué le dijiste que no? – me preguntó Michelle –
Le dije que no. Pero quería decirle que sí, quiero decirle que sí, pero no puedo, si le digo que sí, traicionó la educación que me dio mi mamá, si le digo que sí, me convierto en su choapino para que limpie sus pies cada vez que él quiera. Y no puedo hacer eso.
¡NO! Por ningún motivo, después te quedas fea, gorda, cuidando niños en su casa, además ni van a estar casado, por lo cual te puede echar, cualquier día, cuando a él, se le pegué la gana – argumentó Tamara, no sé, si es porque ya superó por un divorcio o porqué es mayor que yo en casi 12 años y ha vivido mucho, que siempre sus comentarios son más que nada argumentos –
¿Qué vas a hacer? – expresó Alisa –
Nada. Hoy cuando llamó, yo esperaba que se disculpará y me dijera que se equivocó, que no supo cómo exponer lo que quería decir esa noche. Pero “No”, Ni tuvo la cortesía de saludarme o de preguntarme cómo estaba... ¡Solo quería saber, si ya tenía todo empacado!
¡Cavernícola! – murmuró Michelle – Vamos Arriba, sube ese ánimo, si él, es solo un hombre en este mar de hombres, que hay en la tierra, no puedes quedarte sufriendo por un cavernícola como ese, que no es capaz de ver que se equivocó – me dijo Michelle, intentando levantarme la moral –
No, hoy no. Solo acompáñame a mi apartamento quiero llegar a mi cama y no saber de nada.
Sí, Michelle, acompáñala, no la dejes sola en este estado – ordenó Tamara –
            Caminamos todo el trayecto a mi apartamento abrazados sin decir nada. Al abrir la puerta, sentí que ese apartamento se me caía encima, pero no le dije nada. Estaba tan ida, tan perdida, que no atiné a nada, Michelle, me sacó la ropa, me acostó y me preparó una sopita. Se acostó a mi lado, en la misma cama donde tantas veces hice el amor con mi Benji, solo me puse a llorar, Michelle, me abrazó yo me acurruqué en sus brazos, lloré y lloré hasta quedarme dormida.
            Cuando desperté, Michelle, dormía a mi lado, mi buen amigo, siempre mi fiel y buen amigo, no sé si es bueno o malo que sea gay, si no lo fuera ahora me lo agarraría y mataría todas las ganas que tengo, por tantos días de no tener sexo. Es extraño pasar de varias veces a la semana a nada, de nada, preferí salir de la cama para no cometer un pecado y me fui a bañar.
¿Cómo estás hoy? – Preguntó mientras me vestía –
No sé, intentó responderme si estoy viva o muerta, porque creo que estoy funcionando por inercia.
Tranquila, poco a poco, día a día ya no dolerá, te darás cuenta de que, en un par de meses, estarás feliz sin eso, a quien tú llamas Benji, – expuso irónicamente él, para ser sincera Michelle, nunca lo pasó, siempre me dijo que él no era el hombre adecuado para mí –